Pastor's Message
Brothers & Sisters,
The United States is politically, economically, and culturally powerful and many around the world look to us.
The Catholic Church in the United States has contributed a lot to the shaping of American society, especially through our health care institutions and educational systems. Today we celebrate a strong Church hierarchy with bishops who address real concerns, especially those impacting the dignity of each human person. Our future is bright as we see an increase in religious and priestly vocations and an ever growing vitality among the laity, all of which adds to a vibrant Church.
But at the same time I wonder if we, as a nation, are as religiously strong as we once were and to what extent does our current state of faithfulness to God (or lack of) have a real impact on others who look to us for direction, guidance, and assistance. Some voices claim that the Christian faith in Europe is dead. This is a sobering thought since it was from there that the Christian faith was largely brought to us.
I still believe that we are a young country filled with hope and tenacity. I believe that we, like all people, live under God’s providence and we still have the resolve to follow his commandments. And if we, as a country falter, I believe God we raise up individuals who are completely committed to Christ and will direct us towards Him.
St. Martin de Porres, pray for us!
Fr. Dominic
Hermanos hermanas,
Estados Unidos es política, económica y culturalmente poderoso y muchos en todo el mundo miran hacia nosotros.
La Iglesia Católica en los Estados Unidos ha contribuido mucho a la configuración de la sociedad estadounidense, especialmente a través de nuestras instituciones de atención médica y sistemas educativos. Hoy celebramos una jerarquía eclesial fuerte con obispos que abordan preocupaciones reales, especialmente aquellas que afectan la dignidad de cada persona humana. Nuestro futuro es brillante a medida que vemos un aumento en las vocaciones religiosas y sacerdotales y una vitalidad cada vez mayor entre los laicos, todo lo cual contribuye a una Iglesia vibrante.
Pero al mismo tiempo me pregunto si nosotros, como nación, somos tan fuertes religiosamente como alguna vez lo fuimos y hasta qué punto nuestro estado actual de fidelidad a Dios (o la falta de ella) tiene un impacto real en otros que buscan en nosotros dirección, orientación y asistencia. Algunas voces afirman que la fe cristiana en Europa está muerta. Este es un pensamiento aleccionador, ya que fue desde allí que nos llegó en gran medida la fe cristiana.
Sigo creyendo que somos un país joven lleno de esperanza y tenacidad. Creo que nosotros, como todas las personas, vivimos bajo la providencia de Dios y todavía tenemos la determinación de seguir sus mandamientos. Y si nosotros, como país flaqueamos, creo en Dios, levantaremos personas que estén completamente comprometidas con Cristo y nos dirijan hacia Él.
¡San Martín de Porres, ruega por nosotros!
Padre Dominic
